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NUESTRO PROGRAMA

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A través del ambiente cálido, hogareño y sutil de cada salón, nutrido por elementos del mundo natural (palos, troncos, hojas, piedras, etcétera), los niños pueden explorar y desarrollar diferentes habilidades, que abarcan desde lo social en el juego y la ronda, hasta la nutrición del aspecto imaginativo en el juego creativo. Siempre podremos observar a un adulto responsable que lleva a cabo labores que muestran voluntad y amor por el mundo y los otros, promoviendo y protegiendo la capacidad de asombro e imaginación de la infancia.

A través de cuentos, cantos, rondas, y demás actividades, los niños desarrollan su motricidad fina y gruesa, un lenguaje amplio, receptivo y claro, musicalidad, escucha, y nutren sus sentidos basales (tacto, vida, movimiento propio, equilibrio) que posteriormente se transformarán en sentidos fundamentales para la vida adulta saludable. Es por ello que no se llevan a cabo actividades que promuevan la sobreintelectualización y el endurecimiento a temprana edad, pues ello se corresponde con otras etapas del desarrollo humano. De igual manera, todo lo que se entrega a los niños tiene cualidades vivas que se mantienen distantes de la mediatización y digitalización de experiencias.

En el primer septenio, los niños viven una etapa de desarrollo físico que se trabaja a través del movimiento y la relación con el mundo. Trabajamos bajo la consigna de que el mundo es bueno. Los niños pequeños imitan, ellos confían plenamente en los adultos que estamos a su cargo, somos su guía y su modelo y por lo tanto ésta es su manera de aprender a ser. Seamos dignos ejemplos de ser imitados. Comprender que el niño pequeño está en una fase en la que lo más importante es su desarrollo físico; sus ritmos metabólicos, la maduración de sus órganos y de los sentidos de percepción, su dominio del cuerpo y el espacio, ya que en buena medida su estado de salud presente y a futuro dependerá de la energía vital con la que se enriquece su organismo. El metabolismo del niño es mucho más acelerado que el del adulto o el joven y por lo tanto requiere de suma atención la regularidad de sus horarios de sueño y comida, así como la calidad de estos. Tan importante como alimentar el cuerpo físico es alimentar su cuerpo vital; de ahí que sea de suma importancia la protección y el buen desarrollo de los sentidos de los niños:

¿qué escuchan? ¿qué ven? ¿qué sienten? ¿qué necesitan?.

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